El coste medio de la decoración de una habitación es de 1850 €. Según el caso, este valor puede oscilar entre 150 € y 5600 €, determinándose generalmente por la amplitud del proyecto, los m2 de la habitación y la calidad de los materiales o muebles elegidos, entre otras variables.

La decoración de una habitación es algo que puede hacerse siguiendo el estilo que tiene el resto de la casa, o bien, optando por un diseño totalmente nuevo, como cuando decoramos el cuarto de un recién nacido. Las posibilidades decorativas son incontables y siempre se pueden adaptar a cualquier presupuesto y al gusto del cliente o clienta.

Superficie

El espacio a decorar se mide en m2, siendo esta una variable que influye significativamente en el coste del servicio. Esto se debe a que, además del suelo, en un proyecto decorativo se comprende las paredes e, incluso, los techos como partes a considerar en el desarrollo del proyecto.

Hay profesionales de la decoración que fijan sus honorarios con base en los m2, pudiendo oscilar este entre 10 €/m2 y 60 €/m2, aproximadamente, sugún el tipo de intervención o las tareas que deba realizar para el proyecto. En estos casos, tambuén suele ser cobrado un porcentaje que oscila entre el 5 % y el 20 % sobre el valor total del mobiliario y materiales adquiridos. 

Amplitud del proyecto

La decoración de una habitación puede hacerse en varios niveles. La decoración parcial abarca uno o varios aspectos de la habitación, como, por ejemplo, suelo y cortinado, o bien, un rincón de la estancia, como podría ser la creación de un rincón de lectura. Por el contrario, la decoración total incluye todos los elementos que componen una habitación, del suelo al techo, suponiendo el cobro de una tarifa más elevada por el servicio.

Redistribución

El servicio de decoración puede suponer una redistribución (sin obras) del espacio, es decir, una nueva distribución de los muebles o a la creación de ambientes diferenciados en una misma habitación.

Es posible utilizar elementos ya presentes en la habitación cambiando su ubicación o función, y agregar otros para armonizar la estancia. O bien, disponer muebles, cortinas o similares para crear un rincón funcional (de lactancia, juego, lectura, ejercicios, escritura, etc.). El estudio de esta nueva organización supondrá un coste añadido, dado el trabajo que supone por parte del o de la profesional.

Contratación de profesional

La contratación de los servicios de un decorador o decoradora de interiores influye en el coste de decorar una habitación, y no necesariamente para elevar el presupuesto.

Por un lado, los y las profesionales de la decoración saben interpretar y conciliar los gustos con el presupuesto de sus clientes. Son quienes mejor pueden asesorar sobre el estilo que responde a las expectativas y las necesidades de cada persona, dando información de primera mano sobre todas las posibilidades en muebles, iluminación o accesorios, pero también en calidades y terminaciones.

Por otro lado, la contratación de este tipo de servicios no termina con el asesoramiento o el diseño de un proyecto decorativo. Los y las profesionales de la decoración suelen acceder a productos con precios reducidos y se encargan de supervisar la decoración, verificando que todo esté a punto y a gusto del cliente o clienta.

Los decoradores y decoradoras pueden establecer su precio por m2, hora, porcentaje sobre el valor total de las compras realizadas o de forma mixta, aplicando varias modalidades de tarifa.

En el caso de que se necesiten realizar cambios esstructurales, será necesario contar perfiles profesionales de diseño de interiores y realizar un proyecto de interiorismo.

Calidad de los materiales y acabados

El servicio de decoración contratado puede contemplar únicamente el salario del decorador o la decoradora, o puede también incluir la compra de nuevo mobiliario, material o elementos decorativos. En la segunda hipótesis, la calidad elegida en los materiales y acabados es, posiblemente, la variable que más influye en el coste de la decoración de una habitación.

Tan incontables como los estilos decorativos son los diferentes materiales, calidades y remates que se pueden utilizar, no estando necesariamente reñido un precio económico con una buena calidad. Este abanico de posibilidades permite siempre adaptar el proyecto decorativo al presupuesto contemplado.