Los cuadros de distribución o cuadros eléctricos son fundamentales para disponer de instalación eléctrica en un inmueble. Estos distribuyen la energía por los diversos circuitos existentes y permiten el control sobre los mismos. 

Estos sistemas no solamente son instalados en nuevos inmuebles, su disposición también puede venir motivada por una renovación total de la instalación eléctrica. Efectuar esta renovación puede ser muy beneficioso, pues la modernización suele aminorar gastos en reparaciones y ajustarse mejor a las necesidades actuales. 

El precio medio de instalación de un cuadro eléctrico de distribución es de 1450 €. No obstante, este valor puede fluctuar entre 500 y 3800 € dependiendo, esencialmente, de las necesidades eléctricas requeridas. A ello pueden añadirse posibles gastos adicionales derivados de servicios complementarios o de urgencia. 

Normativa 

Montar un cuadro eléctrico requiere de conocimientos y precaución. Los cuadros deben cumplir con la normativa y ser verificados por un técnico profesional autorizado. 

En España, el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT), aprobado por el Real Decreto 842/2002 de 2 de agosto, regula las especificaciones técnicas de las instalaciones eléctricas. Entre las indicaciones proporcionadas cabe señalar que los cuadros han de colocarse a una distancia de entre metro y medio y dos metros del suelo. 

Cuadro general de mando y protección

La energía eléctrica llega al contador externo gracias al suministro proporcionado por la compañía eléctrica contratada. Y de ahí, la energía pasa al cuadro de distribución, el cual se compone de diversos componentes y circuitos, y del que sale una conexión a tierra. 

Funciones

Los cuadros de distribución, como se ha mencionado, permiten controlar la electricidad de un hogar o local. Su función principal es distribuir con seguridad la alimentación de energía eléctrica y, a su vez, servir de protección tanto para las personas como los dispositivos conectados a la luz. 

Localización

Suele situarse cerca de la entrada, embutido en una caja de plástico normalizada que puede ser exenta o encontrarse parcialmente empotrada en el muro. Es aconsejable que esta caja cuente con tapa, para una mejor protección de los mecanismos, concretamente fusibles, magnetotérmicos y diferenciales.

En viviendas suele haber un solo cuadro, mientras en grandes superficies pueden coexistir varios. La caja contenedora debe tener un tamaño acorde a la cantidad de interruptores necesarios y contar con capacidad para ampliarlo. Para su elección, será conveniente pensar en la potencia necesaria según los aparatos que vayan a ser conectados. 

Interruptor de control de potencia

En primer lugar, dentro del cuadro, aunque situado de forma diferenciada,  se localiza el ICP. Su instalación es obligatoria y debe ser un instalador autorizado quien lo adapte según las características de contratación y la instalación existente. En una instalación habitual para vivienda se debe contar con 25 amperios (A).

A veces, dependiendo de lo antigua que sea la instalación, el ICP puede localizarse fuera de la vivienda. En cualquiera de los casos, este elemento tiene una doble función. De una parte, limitar la potencia en uso a la contratada, y de otro, actuar como protector del sistema en caso de sobrecarga o cortocircuito. 

Si el sistema corta la luz con frecuencia al conectar varios aparatos, será conveniente revisar si la potencia contratada es suficiente, ampliandola si fuese necesario. Evitar el uso simultáneo de electrodomésticos, en ocasiones, puede ser suficiente. 

Interruptor general automático

Tras el ICP, el IGA es el dispositivo de seguridad encargado de cortar la luz si existiese sobrecarga. Este es el elemento del cuadro que se durante cualquier reparación en la red eléctrica como norma básica de seguridad. 

Protector de sobretensión

Este elemento procura que los equipos eléctricos no sufran daños por sobretensión, por ejemplo, en caso de tormenta. Así, desconecta automáticamente la instalación cuando se detecta una fuga o derivaciones de corriente a tierra. Contiene un botón de comprobación para mayor seguridad. 

Interruptor diferencial

A diferencia del anterior, el interruptor diferencial se encarga, además, de proteger a las personas, pues evita que quienes se encuentren manipulando alguna conexión eléctrica puedan sufrir una descarga.

Pequeños interruptores automáticos

Los PIAs o magnetotérmicos son los interruptores que controlan y protegen cada circuito o sector, de forma independiente. Los hay de 10 hasta 40 amperios (A), dependiendo del tipo de conexión que se establezca: iluminación, enchufes comunes, enchufes especiales, etc. 

En la actualidad, cada circuito consta de tres conductores o cables: fase, neutro y tierra. El primero es un cable de color negro, gris o marrón que lleva la energía a los diferentes sectores. El segundo, en color azul o blanco, supone su retorno. Finalmente, el cable verde o amarillo constituye la toma de tierra, que tiene el objetivo de evitar accidentes.

En caso de cortocircuito, es posible localizar la avería desconectando todos estos circuitos y volviéndolos a conectar uno a uno. 

¿Cuándo es necesario renovar la instalación eléctrica?

Suele recomendarse cuando la instalación es antigua, no tiene toma de tierra o se perciben olores desagradables, que evidencian el mal estado de los cables. También puede ser necesario cuando se cuenta con pocos enchufes y es necesario recurrir a multiplicadores, o los existentes producen chispa o están quemados.