El coste promedio de contratar un servicio de pintura de jardín es de 20 €/m2, siendo probable que el precio total oscile entre los 10 €/m2 y los 35 €/m2. Dicho valor puede variar dependiendo de la experiencia de la persona que realizará el trabajo, el área total del jardín, el tipo de pintura que se deba aplicar o los elementos que compongan el jardín en cuestión. Las tareas asociadas a pintar el jardín pueden cobrarse por área total de trabajo, por hora o a partir de una tarifa establecida de antemano por los y las profesionales tras examinar el espacio donde deberán trabajar.  

Elementos

Dada la gran variedad de jardines que existen, el presupuesto de un servicio de pintura de jardín depende de los elementos que lo compongan, tanto en cantidad como en complejidad.

Un jardín puede estar delimitado por vallas, muros, edificaciones o rejas, de mayor o menor altura, grosor o longitud. Además, puede contar con elementos decorativos que también deban ser pintados, como caminos, piedras, bordillos, fuentes, remates o cuartos para guardar las herramientas.

Para delimitar el valor total del servicio, será necesario considerar estas características y delimitar qué debe estar incluído en el presupuesto.

Dimensión

La dimensión del jardín es un factor clave a la hora de establecer una tarifa por servicio. Muchas empresas y profesionales tarifan sus servicios con base en los m2 de superficie a pintar. Dicho valor por m2 también varía según otros aspectos como el tipo de superficie a pintar o el material a emplear.

Hora

Otro modelo de tarifa es establecer un valor por hora de trabajo. Habitualmente, este valor se define considerando el rango o experiencia profesional de los trabajadores y trabajadoras, así como el número de personas que serán necesarias para la correcta realización del servicio.

Tipo de pintura

La elección de la pintura a aplicar depende de factores como si se trata de un jardín interior o exterior, las condiciones climáticas de la región en cuestión, las características de las superficies a pintar (lisa, rugosa, metálica, de cemento, madera, piedra, etc.) o el tipo de acabado pretendido.

Las pinturas de exterior están hechas para soportar tanto el embate del sol como de la lluvia, además de para proteger la fachada de hongos e insectos. Por lo general son más espesas y rugosas y, según la composición, pueden distinguirse entre: vinílicas (resistente a condiciones climáticas adversas), antihumedad (que consiguen una mayor impermeabilización del interior) y de emulsión reforzada (de las más resistentes).

Las pinturas de interior son elaboradas con el objetivo de ser más resistentes al desgaste por contacto, existiendo algunas variantes antihumedad pensadas para ser aplicadas en baños y cocinas. Son más líquidas que las exteriores, lo que hace que salpiquen más durante su aplicación, y, dependiendo de la composición, algunas de las opciones son: al agua (secan más rápido), plásticas (no desprenden olor), al aceite (precisa de más tiempo de secado, pero es más resistente), barniz (usado especialmente en maderas), esmaltes sintéticos o anticondensación (permite a las paredes transpirar y previenen la aparición de humedades.

Cuando contrates el servicio, puedes definir con el o la profesional si pretendes que te asesore y se encargue de la compra de la pintura o si serás tú quien se la facilite. Conviene considerar que estos perfiles profesionales suelen conseguir los materiales por valores más económicos y que, a largo plazo, puede ser más rentable invertir en la aplicación de tintas de calidad, que eviten tener que pintar de nuevo en un corto periodo de tiempo.

Material

Los materiales necesarios para llevar a cabo el servicio, como brochas, pinceles, plásticos de protección o mangos extensibles, suelen estar incluidos en el valor presentado por los pintores y pintoras. No obstante, si fuera necesario contar con el montaje de andamios, el uso de arneses o de elevadores para el desempeño del servicio, puede que el precio sea un poco más elevado.

Estado actual

En ocasiones, las superficies a pintar presentan desconchados, perforaciones, grietas y desperfectos que conviene arreglar antes de proceder cubrirlas con la pintura. Según el estado en que se encuentren, los pintores y pintoras pueden encargarse de realizar estos arreglos previos para garantizar un buen resultado final, pero probablemente sea considerado un gasto extra, ya que a priori no se incluye en el presupuesto de un servicio de pintura de jardín.