Los suelos de vinilo se han puesto muy de moda en los últimos años. Esto se debe a que el vinilo es un material versátil, económico, de instalación rápida y muy práctico para todo tipo de espacios, ya que no se daña con la humedad, no genera hongos y resulta muy fácil de limpiar.

Además, actualmente hay toda clase de patrones y diseños para escoger, algunos más clásicos como el efecto madera y otros que innovan en diferentes texturas y estampados, por lo que seguro encontrarás uno de tu agrado si estás pensando en renovar el suelo.

Instalar suelos de vinilo cuesta, en promedio, 35 €/m2, pero este valor puede oscilar entre los 14 €/m2 y los 76 €/m2 según el área a cubrir, el tipo de vinilo y la calidad del material. Analizaremos aquí qué incidencia tienen estos y otros factores en el coste final.     

Área total

El área total de colocación del vinilo es determinante para calcular el coste final de la instalación. No obstante, y aunque de manera diferente según el tipo de vinilo, también influirá la forma que tenga esa superficie. Por ejemplo, si hay muchos recovecos o rincones la instalación probablemente suponga más trabajo, por lo que puede producirse un aumento en el coste de mano de obra, aunque no varíe la cantidad de material.  

Trabajo previo

Los vinilos adhesivos requieren que la superficie de contacto esté nivelada y que sea lisa y no porosa, es decir, no pueden colocarse sobre un material textil como una alfombra ni sobre un suelo que presente protuberancias. Si este es tu caso, será necesario hacer algunos arreglos y nivelar la superficie previamente, lo cual ciertamente aumentará el coste final del servicio. 

Calidad del material

La calidad del vinilo varía según su composición, grosor y cantidad de capas. Los de mejor calidad tienen varias capas para que no se desdibuje el diseño si el material comienza a desgastarse, por lo que aseguran un suelo más resistente y duradero. Como es de esperar, estos son también los de mayor coste, pero no necesariamente significa que sean los más apropiados para tu espacio. La calidad se vuelve importante si se trata de una zona de mucho uso, con luz solar directa o que requiere de mayor aislamiento térmico, pero a veces un vinilo delgado o con menos capas puede ser suficiente.

Rollos de vinilo

Hay dos formas básicas de adquirir y aplicar vinilo para suelos. La primera consiste en rollos de material flexible que pueden ser de varios metros de ancho. Muchos son autoadhesivos y vienen con un papel protector, otros requieren de un pegamento adicional. Para colocarlos, simplemente hay que desenrollarlos, cortar las láminas a medida y fijarlas al suelo.

Piezas 

La segunda forma consiste en piezas o losas que se montan como un puzle. Pueden tener una colocación similar a la de los rollos, ya que en muchos casos se trata de losas autoadhesivas a las que solo hay que quitar el papel protector y fijar en la superficie.

Hay un segundo tipo de losas que funcionan con un sistema de clic: las piezas se encastran en algunos casos a presión y en otros se las hace encajar unas con otras por medio de ranuras y salientes. La desventaja de los sistemas de clic es que tienen un coste mayor que otros suelos vinílicos, pero tienen la ventaja de no adherirse a la superficie, por lo que pueden colocarse sobre suelos porosos, como una alfombra, y es posible desmontarlos y volverlos a montar si así lo deseas.