Cada persona vivencia las experiencias de su vida de manera diferente por lo que no hay un baremo para saber cuándo ir o no a buscar ayuda de un profesional. Pero sí que hay algunos indicios que pueden ayudar a discriminar esta situación: insomnio, falta de apetito, pensamientos negativos con frecuencia, desgana, alteraciones en nuestra rutina, pérdida de control o sensaciones de ansiedad son algunos de estos indicios.

Licenciada en psicología, experta en delincuencia juvenil y respuesta penal con menores infractores, máster en psicoterapia clínica infantojuvenil.

Aconsejo primero que busquen a alguien especializado en el problema a tratar y segundo, que se sientan cómodos desde la primera toma de contacto porque es un proceso en el que se necesita confianza mutua.