Inicio mi experiencia como psicoterapeuta en 2009, con menores en riesgo de exclusión, en el marco de proyectos sociales y educativos de organizaciones sociales sin ánimo de lucro. Desde entonces, mi trayectoria laboral ha estado ligada a la intervención psicológica y educativa con menores, adolescentes y familias en el ámbito de la intervención social, colaborando en diversos proyectos de asociaciones, ONGs, ayuntamientos y otras instituciones.

Actualmente, tras más de 10 años de experiencia en el terreno de la intervención psicológica, educativa y social, ejerzo como psicóloga privada especializada en infancia-adolescencia, en el área de la conducta y de los trastornos emocionales.

Mi abordaje parte de la corriente humanista, cognitivo-conductual y terapias de tercera generación como ACT (Aceptación y Compromiso) y EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares, **************************). Las terapias de tercera generación se centran en trabajar los aspectos más profundos de la persona, yendo más allá de los síntomas, para poder actuar sobre cuestiones subjetivas, de la misma manera que conciben el tratamiento como una reorientación vital, más que como una lucha. En estas terapias destaca la importancia del vínculo terapéutico, pues se entiende que éste juega un papel fundamental.

A lo largo de mi trayectoria profesional, centrada en el ámbito psicológico, social y de la educación, he tenido la oportunidad de tratar con una gran cantidad de menores y adolescentes con circunstancias personales muy diversas. La clave más importante con la que he podido dar y a partir de la cual he obtenido grandes resultados es la de transmitir que crees en la persona con la que estás trabajando y confías en ella, sin exigencias ni prejuicios. En ese momento, el niño/a o adolescente te abre una ventana de sí mismo/a a partir de la cual poder trabajar sus cuestiones personales fluidamente y desde el respeto mutuo.