Los diversos sistemas existentes en la actualidad permiten adaptar el riego a cada tipo de planta o cultivo, ya sea de carácter agrícola o doméstico. 

El precio medio de un sistema de riego es de 5 €/m2. Este valor puede disminuir hasta los 2 €/m2 o aumentar, llegando a alcanzar los 15 €/m2. Ello dependerá del tipo de sistema seleccionado, la extensión a cubrir y las posibilidades de automatización, entre otras variables. El coste de este servicio engloba tanto la instalación como los materiales.

Sistemas de riego

La elección entre un tipo de riego u otro atenderá a diversos condicionantes, como son el lugar de uso, la naturaleza del terreno o su extensión, la climatología, el tipo de cultivo y la frecuencia necesaria de riego, principalmente. 

Un sistema de riego orientado a un campo de cultivo será, con frecuencia, más resistente, robusto e, incluso, sofisticado, que las opciones habitualmente empleadas en balcones o jardines. La elección de un sistema de riego adecuado se traduce en un ahorro significativo y en un aprovechamiento más eficiente de los recursos. 

Aspersión

Los sistemas de riego por aspersión y difusión reparten el agua en un radio determinado. Son sistemas duraderos y de fácil mantenimiento. Dentro de este grupo existen diversas tipologías, pudiendo ser de tipo emergentes o móviles, lo cual determina su precio.  

Nebulización por microaspersión

Esta forma de riego es muy utilizada en los invernaderos, pues permite aumentar el nivel de humedad y esparcir el agua de forma uniforme. Es comúnmente utilizado sobre frutales, flores y césped. Su coste ronda los 6 €/m2.

Riego subterráneo

Se compone de un conjunto de tuberías que se colocan bajo la superficie del terreno. Es una solución duradera e invisible que permite un buen aprovechamiento del agua. Este sistema cuenta con electroválvulas específicas que se adaptan al caudal, la presión y al tipo de agua utilizada. Su precio de instalación y adquisición es algo superior a otras soluciones. 

Mangueras exudantes

Al igual que la tipología de riego anterior, las mangueras exudantes se conforman a partir de unas tuberías enterradas que, no obstante, son porosas. Son utilizadas en zonas arenosas y en plantaciones que requieren de mayor humedad.

Riego por goteo

El riego por goteo puede utilizarse tanto en la producción agrícola como en pequeños jardines. Su uso se ha estandarizado gracias al ahorro de agua que supone y la capacidad de mantener la humedad en niveles constantes, si bien requiere de una mayor tarea de mantenimiento, pues frecuentemente sus poros se atascan. El coste de este sistema varía, frecuentemente, entre 2 y 8 €/m2, dependiendo de la funcionalidad del sistema y la calidad de los materiales. 

Riego automático

La automatización del riego permite una mayor flexibilidad y comodidad, pues no es necesario prestar tanta atención al riego. Ello puede realizarse sobre la mayoría de sistemas comentados mediante temporizadores y detectores de humedad, también llamados programadores de riego. Cuentan, además, con un regulador de caudal y presión. 

Riego tradicional

La opción más clásica es el uso de manguera, si bien implica mayor dedicación y gasto de agua. Además, es frecuente que origine encharcamientos y permita aflorar malas hierbas. 

Superficie 

El presupuesto de una instalación de riego se incrementa según lo hace la extensión. No obstante, es posible advertir un ahorro por m2 si la superficie fuese muy amplia, cuando se opta por sistemas de riego móviles, llamados pívots, los cuales son especialmente indicados para las superficies amplias dedicadas al cultivo extensivo. En otros casos menores, el riego por goteo o por aspersión puede resultar más recomendado. 

Además, en el campo, el desnivel que presenta el terreno y el tipo de tierra existente determinarán la conveniencia de elegir entre un sistema de riego u otro.