El cliente debe tener en cuenta, en primer lugar, la envergadura del proyecto. El profesional tiene que saber los recursos que necesita, el tiempo aproximado de trabajo a invertir e incluso si necesita algún otro profesional más que le ayude.
En el caso de un vídeo, hay que tener claro de qué tipo de vídeo se trata, así como de su duración final aproximada. Conviene también tener en mente un esquema de cómo se imagina el vídeo, o si resulta más fácil, enseñar referencias de otros vídeos o producciones. También hay que tener claro si se necesita aportar algún tipo de información extra en él (frases, títulos, animaciones, logotipos, etc.), además de los vídeos, imágenes, música y sonido que pueden estar ya presentes.
Y lo último pero no menos importante: tener clara la fecha o fechas finales de entrega del trabajo.

En primer lugar dispongo de un título universitario en Medios Audiovisuales, acreditado por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Acto seguido, y casi que más importante, es la experiencia de que dispongo con grandes marcas. Llevo unos tres años en el sector, habiendo empezado pues de muy joven, cuando aún estaba estudiando. He participado tanto en pequeños eventos hasta en rodajes de mayor envergadura. Mis trabajos han ido des de la misma preproducción de un proyecto hasta su producción y su postproducción, entiendiéndolo por lo tanto de principio a fin. Participar en múltiples producciones me ha ayudado a aprender muchísimo y poder aplicar todo lo aprendido, desde la teoría hasta la práctica.
Mis funciones habituales se encuentran en el campo de la producción (grabación) y de la postproducción (edición) de vídeo.