El coste medio de un servicio de carpintería metálica es de 850 €. El tipo de servicio, la clase de elaboración, los materiales utilizados o la complejidad del trabajo son variables que impactan en el precio final que puede oscilar entre los 70 € y los 24.500 €.

La carpintería metálica es el arte o la técnica de trabajar los metales. Permite fabricar, modificar o arreglar objetos realizados con este material de diversas maneras, utilizando máquinas diversas y herramientas manuales. Los profesionales de este ámbito combinan las dotes de carpintería convencional con el dominio de las construcciones metálicas a través de procesos de mecanización y de soldadura. Los principales sectores que se benefician de la carpintería metálica son el sector de la construcción, el hogar, la industria, el diseño de interiores, etc.

El tipo de servicio

La carpintería metálica suele orientarse a los servicios de reparación o de construcción. La reparación de puertas, verjas, vallas o ventanas metálicas puede llegar a ser más económica cuando se realiza en el propio domicilio del cliente, sin necesidad de trasladarse al taller, siempre que las circunstancias lo permitan.

En la construcción de elementos de carpintería metálica es requisito que el profesional se traslade al lugar del servicio, una primera vez, para tomar las medidas y nuevamente una segunda, para traer consigo el producto e instalarlo.

Clase de elaboración

Se consideran trabajos de este ámbito la manufactura de muebles u objetos decorativos, la construcción de puertas, rejas de hierro, mamparas con perfiles de aluminio, cerramientos, escaleras, barandillas, ventanas de aluminio y PVC, persianas, naves industriales, estructuras especiales para la construcción, etc. En el abanico de posibilidades que ofrece la carpintería metálica se encuentra también la cerrajería, la cual se encarga de los mecanismos y las cerraduras.

La producción a medida que no sigue estándares, las dimensiones totales del producto o el número de encargos concretos efectuados, de una vez, repercutirán en el coste de los mismos. 

Los materiales utilizados

En la carpintería metálica se trabaja con metales como el hierro, el aluminio, el cobre, el latón, el bronce, el acero inoxidable y el cristal, elaborando con ellos una gran variedad de productos. 

Independientemente de la elaboración, trabajar con ciertos metales tienen un coste más elevado que otros. Un ejemplo es el acero inoxidable, más caro con respecto al aluminio aunque siendo éste, a su vez, más caro que el hierro. En cualquier caso, lo más aconsejable es dejarse asesorar por los profesionales carpinteros sobre el material más adecuado con respecto a la relación calidad-precio.

Complejidad del trabajo

Muchas empresas y profesionales de la carpintería metálica elaboran productos específicos a petición del cliente, como elementos de decoración, muebles, o soluciones arquitectónicas a medida. Incluso, pueden ofrecer un asesoramiento técnico con el fin de para plasmar en un plano la idea del cliente.

El tamaño, la cantidad de material necesario o la dificultad del diseño aumentan la complejidad del trabajo e influyen en su coste. Entre los trabajos que más dedicación requieren están los cerramientos utilizados para ganar espacio al inmueble, por lo que cuanto mayor sea la superficie, mayor será su precio. 

El profesional

Aunque no existen estudios específicos de formación profesional, esta profesión está regulada y solo pueden ejercerla las personas habilitadas mediante el certificado de profesionalidad de carpintero metálico y de PVC. 

Aun con todo, mediante la práctica y la experiencia, la mayoría de los profesionales se van especializando en el trabajo de ciertos metales concretos. Por ello, para obtener un servicio de calidad es aconsejable consultar con los profesionales adecuados según su nivel de especialización y las características del trabajo concreto que se quiere realizar.

Modalidad de contratación

Los servicios de carpintería metálica se contratan por obra. El primer paso es contactar con el profesional para una visita previa en la que se toman medidas y se inspeccionan el espacio o los elementos a reparar (ventana, puerta, verja, etc.). En ese mismo momento o con cierta posterioridad se propone un presupuesto desglosado en partidas (material, mano de obra, instalación, traslados, fecha de entrega, etc.) y tiempo de trabajo. Este presupuesto debe estar realizado por escrito y ser aceptado por el cliente. 

A continuación, cuando se trata de una nueva pieza, se procede a la elaboración en el taller y su posterior traslado e instalación en el lugar de servicio. Algunos profesionales o empresas ofrecen un plazo de garantía que incluye la reparación por cualquier defecto de fábrica o instalación y, además, ofrecen servicios de mantenimiento.