La psicología educativa atiende principalmente a trastornos y dificultades asociadas al aprendizaje, por lo que es muy común encontrarla dirigida a niños y adolescentes, aunque también a adultos que han visto alteradas sus capacidades cognitivas. Su objetivo principal es detectar cualquier problema o conflicto en el área emocional o social del aprendizaje y a su vez, detectar aquellas necesidades educativas especiales que requieren de una mayor atención. Para ello, el profesional hará una evaluación psicológica completa, a través de pruebas, entrevistas, y diferentes observaciones del comportamiento.

Entre los factores que inciden en el precio de una consulta puede mencionarse la formación más o menos especializada en este ámbito concreto del profesional, la metodología de trabajo, la duración de las sesiones y otros aspectos como la localización o las posibles visitas a domicilio. El coste medio de una consulta es de aproximadamente 70 €, pudiendo oscilar entre 30 € y 120 €.

Capacitación profesional

Este campo requiere de profesionales especializados que, no obstante, pueden derivar de la psicología educacional propiamente dicha, aunque también de la psicología terapéutica, la psicopedagogía, así como audición y lenguaje. 

Una persona que posea una larga trayectoria en el campo y cuente con diversos diplomas de especialización tenderá a ofrecer sus servicios a cambio de un coste más elevado. Generalmente, este tipo de profesionales se caracterizan por contar con una formación continua, llevando a cabo prácticas metodológicas de actualidad. 

Metodología

Dependiendo de la edad y las necesidades, los y las profesionales pondrán en práctica determinados métodos que permitirán al paciente lograr cambios positivos ya sea en su comportamiento, técnicas y procesos de aprendizaje o aumento de la capacidad cognitiva, por citar algunos. Métodos educativos basados en Montessori, Jean Piaget o Lev Vygotsky, son algunos de los más empleados. Atender y atajar aspectos como la dislexia, el déficit de atención, la hiperactividad, o trastornos como autismo o síndrome de Asperger necesitará métodos muy específicos que pueden determinar la conveniencia de contar con un tipo de profesional concreto e influenciar los costes derivados de las sesiones.

Fases

Es habitual que, en primer lugar, se lleve a cabo una etapa de evaluación o análisis con el objetivo de conocer el caso en profundidad, atendiendo además a los factores externos que influir sobre la persona. Ello se realiza mediante entrevistas, cuestionarios y observación del comportamiento durante la realización de alguna actividad. A continuación, identificada la problemática se procederá a implementar el tratamiento en base a las técnicas más adecuadas. Finalmente, puede hablarse de una etapa de seguimiento, en la que se analiza el éxito de la terapia según el cumplimiento de objetivos y la reconducción o atención pormenorizada de aquellos aspectos susceptibles de mejora. Es posible que dependiendo de la fase los precios de la consulta sean mayores o menores. Por ejemplo, el coste de las primeras sesiones podría ser más elevado que las de seguimiento. 

Frecuencia y duración 

La duración de las sesiones y la asiduidad también pueden impactar en las tarifas. Es frecuente que cuando un paciente debe acudir a consulta muy frecuentemente, los precios por sesión bajen. Si, por el contrario, resulta conveniente que las sesiones superen la duración habitual de una consulta, es posible que el coste de la misma sea algo más elevado. 

Ubicación

Es habitual que en zonas con un nivel de vida más alto o grandes capitales las tarifas sean algo mayores. Igualmente, la escasez de estos profesionales en ciertos núcleos rurales puede dar lugar al mismo fenómeno. Además, habrá que tener en cuenta distancias y dificultades de movilidad en los casos en que se solicite un servicio a domicilio.