La tarea de lacar un mueble consiste en aplicar sobre él varias capas de laca, generando una superficie lisa. La laca cubre la base, ocultando las imperfecciones y otorgando un acabado renovado y luminoso a muebles que presentan deterioro.

El precio medio de lacar un mueble es de 300 €. Los costes mínimos y máximos pueden oscilar entre 120 y 700 € dependiendo del tamaño, el estado original del mueble o el lugar de realización, entre otros factores. 

Tipos de lacas

El tipo de producto elegido se aplica en función de la superficie y el acabado deseado. Los más comunes son: 

• Nitrocelulosa: su base es el nitrato de celulosa y las resinas alquídicas. Se aplica con pistola y el acabado puede ser brillante o satinado. Es la opción más cara para lacar muebles.
• Acrílicas: tal y como su nombre indica, se fabrican con resinas acrílicas o esmaltes acrílicos. Su acabado, igualmente, también puede ser mate o satinado, y su precio es algo más bajo que el anterior.
• Epoxi: está formada por dos componentes, laca y endurecedor. Estos se mezclan y aplican con rodillo, espátula o pistola. Es la alternativa más utilizada para lacar muebles.

Contratación

El presupuesto incluye, generalmente, el desplazamiento dentro de la misma ciudad, el producto a utilizar y la mano de obra estimada, calculada por horas. La primera hora de trabajo, en casos de poca entidad, suele cobrarse más cara.

Lacado en taller o in situ

Esta variable es de fundamental importancia, ya que las facilidades a la hora de aplicar el procedimiento van a tenerse en cuenta. Cuando la aplicación tiene lugar en taller, el procedimiento puede ser más rápido y efectivo, al realizarse en cabina. Ello, sumado al transporte necesario, podría aumentar considerablemente el precio final, comparado con un trabajo manual. 

Los colores

Habitualmente, los tonos estándar como el blanco y, en menor medida, el negro, son los más clásicos y solicitados. Sin embargo, hoy existe la posibilidad de lacar muebles en una gran variedad de tonalidades. Así, las lacas pueden estar pigmentadas al gusto del cliente. Esta elección de colores personalizados suele ser un poco más cara. Los especialistas aconsejan, anotar la referencia del color utilizado para poderlo conseguir nuevamente en caso de ser necesario utilizar el mismo tono.

Costes extras

En los casos en que los muebles necesitan ser total o parcialmente desmontados, como por ejemplo, cuando es necesario quitar cristales, bisagras o tiradores, el precio puede verse ligeramente incrementado. Y es que, se debe tener en cuenta que en el coste final se tiene en cuenta el tiempo requerido de desmontaje posterior montaje tras el lacado.

En otras ocasiones, los muebles presentan importantes desperfectos que es necesario reparar. Entre las actuaciones más frecuentes están encolar o rellenar grietas y agujeros con masilla. Tras estas reparaciones, la superficie se debe lijar para que quede emparejada. Igualmente, hay veces en que los muebles poseen varias capas de pintura superpuesta, siendo necesario eliminarlas. Todos estos procedimientos pueden encarecer el precio de base.