Las cortinas térmicas son una solución económica para el aislamiento del hogar. Su función es limitar el impacto del sol y, en consecuencia, reducir la temperatura, creando un ambiente más agradable. Su instalación es rápida y sencilla.

El precio medio de instalación de estas cortinas en ventanas de tamaño mediano es de 70 €. No obstante, según sus medidas, materiales y soportes, el precio de las cortinas y su instalación puede variar entre 45 y 250 €.

Instalación

Existen diversas formas de colocar cortinas térmicas y su elección dependerá del acabado deseado en cada una de las estancias donde se realice la instalación. Entre los sistemas más comunes podemos citar:

• Rieles: es una opción discreta y común. Utiliza cuerdas o interruptores para mayor comodidad de movimiento y se puede fijar al techo o al marco de la ventana, siendo posible su extensión en espacios amplios.
• Sistemas enrollables: existen varios tipos, reservándose las manuales para ventanas más pequeñas y automatizadas para grandes ventanales. 
• Barras sencillas de madera o metal: debido a sus acabados, este tipo suele mimetizarse con el resto de la decoración. Es quizá una de las mejores opciones para las cortinas térmicas más gruesas, debido a la cantidad de peso que pueden soportar.
• Forros térmicos: es la opción más indicada cuando no se quiere instalar otro sistema de sujeción. Quedan sujetas a las cortinas convencionales a través de un velcro, por lo que pueden ser colocadas y retiradas rápidamente. 

Ventajas

La función aislante propia de este tipo de cortinas supone, a largo plazo, un importante ahorro energético en el hogar, tanto en invierno como en verano. Por lo tanto, además de las cualidades directas que ofrecen, su instalación supone una inversión. A diferencia de otras alternativas de aislamiento térmico, este es un recurso asequible y de fácil instalación. 

El grosor de ciertas cortinas puede convertirlas, además, en un buen aislante lumínico y acústico. Su aplicación no solo es apta para inmuebles, también pueden ser utilizadas, por ejemplo, en vehículos como caravanas y furgonetas. 

Tejidos aislantes 

En esencia, las cortinas aislantes más comunes vienen realizadas con poliéster, aunque también es frecuente encontrarlas combinadas con microfibra, lino y lana. También existen aquellas que incorporan revestimientos metalizados, partículas de aluminio o, incluso, espuma acrílica. 

La principal característica de estas telas es su opacidad, reduciendo la entrada de luz en un alto porcentaje. No obstante, los avances técnicos permiten ya disfrutar de visillos térmicos que combinan las propiedades aislantes con la entrada matizada de la luz. 

Dependiendo de las circunstancias y las preferencias del cliente o clienta, será posible seleccionar entre diversas funcionalidades, grosores, materiales, texturas, colores y acabados. Así, por ejemplo, hay opciones concretas para asegurar una alta o baja opacidad o filtrar los rayos UV. 

Otras telas con propiedades térmicas

Algunos tejidos más tradicionales como el chenille o la tela panamá pueden ofrecer propiedades aislantes, especialmente si se trata de cortinajes amplios y gruesos. El primero tiene una textura aterciopelada y es resistente y manejable, mientras la tela panamá, mezcla de algodón y poliéster, destaca por su versatilidad.