La impermeabilización es un servicio muy requerido para suelos interiores o exteriores de todo tipo. Se trata de un trabajo fundamental para evitar tanto las filtraciones de agua de lluvia como la penetración de la humedad, circunstancias que si no son prevenidas y tratadas pueden dañar el mismo suelo o la habitación que se encuentra por debajo, que puede ser un sótano o, en el caso de tratarse del suelo de una terraza, cualquier parte de la vivienda.

El coste de la impermeabilización de suelos es, en media, 27 €/m2, pero este precio puede oscilar entre 10 €/m2 y 40 €/m2 según una serie de factores, tales como las características del suelo o el tipo de impermeabilización requerida. Veremos a continuación cómo inciden estos factores en el coste final.

Trabajo previo

Antes de comenzar con el trabajo de impermeabilización, es importante examinar las condiciones del suelo para ver si hay manchas de humedad, moho, si se encuentran grietas y fisuras o si los materiales están deteriorados. Si ese fuera el caso, será necesario reparar las grietas o realizar una limpieza con fungicida y agua a presión para eliminar los hongos. Algunas empresas incluyen este trabajo en el presupuesto, pero también pueden cobrarlo por separado, especialmente si el suelo está en muy malas condiciones.

Tela asfáltica

La variable fundamental para calcular el precio de impermeabilizar el suelo es el material utilizado. Uno de los más habituales y tradicionales es la tela asfáltica, un material relativamente económico y de gran durabilidad que consiste en una tela impregnada con betún. Hay muchos tipos de tela asfáltica, con propiedades y acabados distintos, por lo que encontrarás fácilmente una que se amolde a tus necesidades. En contrapartida, tiene el inconveniente de que no presenta un acabado completamente liso, sino que pueden verse las juntas en los lugares de unión de la tela.

Membranas líquidas

También son muy utilizadas las membranas líquidas o en pasta, que pueden ser de fibra de vidrio o de poliuretano, generalmente un poco más costosas que la tela asfáltica. Ambas son fáciles de aplicar, aunque la instalación de la membrana de poliuretano es mucho más rápida y puede hacerse en un solo día de trabajo, mientras que la de fibra de vidrio puede tardar hasta tres días.

Además, el poliuretano tiene la ventaja de ser permeable al vapor, lo cual resulta útil para sitios con alta condensación, y puede emplearse para impermeabilizar suelo interior. En estos casos, lo ideal es colocar un poliuretano bicomponente que no desprende olores.

Láminas EPDM

Esta es la opción de mayor durabilidad y garantía, pero también la más costosa. Se trata de láminas hechas de caucho, etileno, propileno y dieno, de ahí su nombre. Tienen la ventaja de que son muy rápidas de colocar: por lo general pueden instalarse en un mismo día.

Procedimiento

Si se trata de una zona que se utiliza con frecuencia y en la que quieres preservar la estética, lo ideal es levantar el suelo, impermeabilizar y volver a colocar cerámicos o el tipo de suelo deseado, por lo que tendrás que tener en cuenta el coste adicional de realizar ese trabajo. 

Pero si el suelo está nivelado y no es un problema perder algunos centímetros de altura, lo cual suele ocurrir en las terrazas, es posible, por ejemplo, impermeabilizar la terraza sin levantar el suelo anterior y después colocar un nuevo suelo o simplemente una capa de pintura impermeabilizante.

Recomendaciones

Es muy importante planificar el momento de impermeabilizar el suelo. La mayoría de los materiales empleados requiere entre dos y tres días de trabajo y, si el suelo está a la intemperie, es indispensable que no llueva durante ese periodo, por lo que conviene consultar el pronóstico del tiempo en esos días. Evidentemente, el clima no será un problema si tienes que impermeabilizar suelo interior.